domingo, 29 de abril de 2012

The Hour. BBC.

Los fans de "The Hour" seguimos esperando noticias sobre la prometida segunda temporada. Para los que no hayan oído absolutamente nada sobre esta serie, he de decir que no me sorprende. Se trata de una de esas miniseries de 6 capítulos que suele producir la BBC y que marcan una diferencia abismal con las realizadas en otras cadenas (sean de donde sean), para eso es la cadena más prestigiosa, sólo faltaba... En este caso nos narran los esfuerzos de un reducido grupo de periodistas en 1956 que quiere cambiar la forma de presentar las noticias al espectador en un tiempo en el que el NO-DO parecía una modernidad.
El resultado es un informativo semanal con el mismo nombre que la serie, un repaso a los eventos de los últimos siete días aprovechando todos los recursos que ofrecía la televisión hace casi 60 años. El principal problema estriba en que como presentador les "colocan" al atractivo marido de una rica e influyente heredera que no tiene ni idea de periodismo ni interés alguno en trascender el género informativo.
No será el único inconveniente, la crisis del canal de Suez se convierte en uno de los temas de "The Hour" sin saber al principio que hay toda una trama de espionaje detrás que acabará influyendo a los protagonistas y envolviéndolos en su propia vida personal. La ambientación es extraordinaria y buena parte de las escenas se grabó en los primigenios estudios de Lime Grove, todo un homenaje a los pioneros de la cadena británica.
El elenco es extraordinario, un entregado Ben Wishaw (El perfume, Retorno a Brideshead) interpreta al periodista ético y comprometido que convence a su amiga y amor platónico Romola Garai (Emma, Atonement) de tratar algunas noticias en el informativo que ella dirige a pesar de las reprimendas que les van a traer. Dominic West (The Wire) es el locutor que poco a poco irá dejándose llevar por sus compañeros. Abbi Morgan, la guionista de "La dama de hierro", creó una serie distinta, tensa, dura pero apasionante. Paciencia con el primer capítulo, que puede ser desconcertante, pero el resto compensará ese inicio.