lunes, 26 de septiembre de 2011

Días de vendimia

Recuerdo con sentimiento agridulce aquellas vendimias de mi infancia, por una parte la sonrisa viene a mí cuando pienso en toda la familia reunida, aunque fuera para trabajar y echarnos unos gritos, incluídos aquellos que ya no están. Pero también me aflora el dolor de espalda al rememorar la recogida de uva de vid baja porque en mi tierra están a ras de suelo y eso termina agotando al más paciente. Prefería las jornadas en las que, de nuevo, se unía toda la parentela para preparar las conservas de tomate frito y pimientos asados. En septiembre Ponferrada huele a brasas con sabor a pimiento del Bierzo, cuando era un crío buena parte de los bajos de cualquier barrio albergaban a familias enteras pelando esos productos para después introducirlos en botes que más adelante degustaríamos de cualquier forma (la mejor, como siempre, la más simple: con un poco de aceite y sal).
He de reconocer que, por cosas como éstas, me gusta la estación que me vió nacer.

1 comentario:

Bego dijo...

ah, sí, ese olor... qué morriña me da dado de pronto leyendo esto...