Estoy harto de que mi madre nos ponga villancicos a ciertas horas, cuando no tenemos escapatoria. Sin previo aviso, estamos recogiendo la mesa y ¡zasca! un montón de niños repelentes inundan la cocina con su vocecitas chillonas y con una producción musical que me recuerda a aquellos gitanos que iban con una cabra. Está decidido, voy a conseguir algún disco navideño de Bing Crosby y al menos el sufrimiento será más dulce.
1 comentario:
jua jua jua es verdad a veces marean. seguro que tu madre lo hace para echarse unas risas también al veros las caras :)))
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