En 1957 cinco de los grandes historietistas de nuestro país decidieron abandonar la Editorial Bruguera para montar su propia revista y tener así los derechos sobre sus propios personajes. Escobar (Zipi y Zape, Carpanta), Cifré (El reporter Tribulete), Conti (Carioco), Peñarroya (Don Pío, Gordito Relleno) y Eugenio Giner (Inspector Dan) crearon "Tío Vivo" pero se encontraron con las artimañas desleales del monopolio Bruguera. En 1959 tuvieron que volver al redil de la gran empresa aunque, al menos, mejoraron sus condiciones laborales, eso sí, los personajes seguían siendo del patrón y no de los creadores.Ésta es la historia que recrea Paco Roca en "El invierno del dibujante", una historia real desconocida por el gran público pero que fue la comidilla de la profesión durante años. Roca trata a los grandes del tebeo con respeto, nos traslada a una época en la que se empezaba a superar la guerra civil pero aún quedaban muchas secuelas de aquel conflicto, un tiempo en el que la censura impedía cualquier salida de tono. En el cómic de Roca nos identificamos con los dibujantes y comprendemos también a los jóvenes que sustituyeron a los maestros, Ibáñez o Raf por ejemplo, que a la vuelta de los 5 grandes temen por su puesto. En definitiva, Paco nos regala un trabajo con un grafismo elegantísimo, cromatismo grisáceo y guión muy bien medido. Imprescindible. Edita Astiberri.
1 comentario:
se lo dije a marcos y me dijo que sí, que ya le comentarías, que posiblemente él esperaría a que saliera la segunda edición.
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