sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Estado de alarma? Pero ¿en qué país vivimos?

No quiero imaginar el caos que se viviría en la estrecha sala de espera del Aeropuerto Telefunken (del que hablé en mi blog sobre historia de la televisión) en un día como el de hoy. Que el gobierno haya tenido que declarar estado de alarma ante la huelga encubierta de controladores aéreos es de auténtica vergüenza y esto nos hermana con repúblicas bananeras. Las excusas de los pocos controladores que han hablado para los medios no son suficientes, nadie puede empatizar con sus supuestos problemas en una situación de crisis y en pleno puente. Casi me enternezco con los llantos de una de ellas que aseguraba que ante la obligación de los mandos militares sólo podían reaccionar con nervios y ansiedad pero al instante volví a la realidad para ser consciente de que esta situación la habían provocado ellos mismos. No quiero ser populista y recordar algunas de las historias personales que hemos oído en las últimas horas sobre los perjuicios de este cierre del estado aéreo pero, desde luego, alguien tendrá que asumir su responsabilidad y que se tomen medidas reales para que esto no se vuelva a repetir.
Vergüenza me produce pensar en la imagen que estamos dando al resto de Europa.

4 comentarios:

Bego dijo...

los controladores se suicidaron ellos mismos con lo que hicieron ayer.

R dijo...

¿Enternecerse?. Rubalcaba dice que es totalmente falso que entraran con las armas por delante, pero incluso aunque así fuera, ¿qué se creen?. Estaban cometiendo un delito y dudo que cuando la policia actue cotra ladrones, narcotraficantes etc... entren y actuen como Cansado en sus sketchs policiales del Orgullo del Tercer Mundo.

Y si tan mal están, que cambien de profesión. Seguro que en una tienda o en la cola del INEM están mejor.

Impossible Prince dijo...

Toda la razón del mundo, yo he visto también esas imágenes de una controladora aerea al borde de las lágrimas, pero que quieres que te diga, pena no me dan absolutamente ninguna, en mi blog explico los motivos de porqué.

Un besote

Guillermo dijo...

Vaya por delante que condeno totalmente la conducta, delictiva o no, de los controladores.

Ahora bien, lo de someterlos a control militar (en la tarde del viernes, creo), y luego declarar el estado de alarma y convertirlos en militares para aplicarles el Código Penal Militar me parece exagerado y poco democrático, además de ilícito.

No hay que olvidar que los controladores no son funcionarios, sino trabajadores de AENA, que es una empresa (pública, eso sí). Pero es que aunque lo fueran, convertir a personal civil en militar es más propio de regímenes bananeros que de regímenes verdaderamente demcráticos. Y ya lo de hacerlo con el único propósito de someterles a un régimen penal más duro es abiertamente antidemocrático: el Gobierno, por decreto, agrava las penas a que pueden ser condenados. En una democracia de verdad, para cambiar este tipo de cosas se hace un debate en la sociedad y después se aprueba por ley en el parlamento.

Claro que parece que esta era la única medida que valió para deshacer el fraude de los controladores. En el sentido de la eficacia, parece que era lo único que quedaba. Pero en democracia no vale todo.